Consolidar el cambio

1 julio 2015 Sala de prensa

Artículo de Toñi Serna, Secretaria de Organización Provincial del PSPV-PSOE y Diputada Autonómica.

Para quienes nos consideramos de izquierdas y además militamos en un partido como el PSOE, la jornada que vivimos el pasado 13 de junio, con la constitución de las nuevas corporaciones locales, será difícil de olvidar. Es posible que no sea objetiva y que me olvide de otras fechas señaladas en la política española como “históricas”; si esto es así, pido disculpas por ello, pero he de alegar como defensa que es difícil abstraerse de las emociones que genera sentirse participe de un momento como el actual al vivirlo en primera persona.

Fue un día intenso, repleto de emociones, sonrisas, lágrimas, alguna que otra decepción, y sorpresas en la elección de alcaldes y alcaldesas en los diferentes ayuntamientos de la provincia. Comenzaba así el reto de gestionar el cambio de etapa a todos los niveles. Y no hablamos solo de tiempo de cambio refiriéndonos en exclusiva a quienes han desbancado del gobierno al que lo ejercía. También es tiempo de cambio para aquellos partidos, alcaldes, alcaldesas, equipos, que han revalidado la confianza de la ciudadanía y del pleno municipal, para continuar cuatro años más.

Se abre un nuevo tiempo en relación al reparto de responsabilidades: los equipos tendrán que ser más equipos que nunca, y requerirá el aprendizaje de habilidades de negociación y cooperación de alto nivel. Se valorará la responsabilidad, la cercanía, la comunicación directa y honesta, tanto dentro de los gobiernos, como de estos con los ciudadanos. Con liderazgos que van a ser compartidos y sin varas de mando que se suban a la cabeza. Si somos capaces de remar en esta dirección, tendremos ayuntamientos gestionados desde la estabilidad, la eficacia y la eficiencia. Y tengo claro que, quién no sea consciente de esto, contará con la penalización de la sociedad sin tener que esperar al 2019.

Los ciudadanos han abierto las puertas de los ayuntamientos para exigir a sus representantes que actúen como un vecino más y que sus políticas se nutran de las necesidades reales, y no de los intereses partidistas y electorales. Y si estas puertas las han abierto, no debemos osar cerrarlas. Hay que dejarlas de par en par y disfrutar de la gran oportunidad que nos ofrece poder contar con la participación crítica de muchos ciudadanos que, hace poco, no contemplaban la idea de coparticipar en la vida pública o en la gestión de un ayuntamiento. Y digo más, si esto se hace así, no será necesario llevar todos los días en la frente el carnet de “político honrado” porque serán los ciudadanos los que lo verán y sentirán en nuestras palabras y nuestros hechos.

Y esto vale tanto para gobiernos de coalición, como para aquellos que han conseguido resultados electorales que les permiten gobernar con mayoría absolutas. Porque no son per se malas las mayorías absolutas, sino las mayorías absolutistas.

Hace poco leía en una publicidad de un establecimiento el siguiente reclamo: “no queremos que vengas, sino que vuelvas”. Y en algo se parecen los retos de la situación sociopolítica nacida del 24 de mayo a ese eslogan. Si el 24 hubo cambio, hay que consolidarlo, para que nadie más vuelva hablar de desafección o grite “no nos representan”.

Otro de los cambios importantes de los que se van a beneficiar los ayuntamientos vendrá del gobierno de progreso que se está construyendo desde el PSPV-PSOE y Compromis, con el apoyo de Podemos, y que tuvo su primer paso en la constitución de las Cortes Valencianas y el posterior acto de firma del conocido como “ l’Acord del Botànic’ entre las tres fuerzas políticas.

Estamos hablando de un cambio profundo, con un gobierno que abrazará a la sociedad valenciana, que protegerá a quienes peor lo están pasando y que devolverá la imagen de honradez y cordura que nunca debió perder esta tierra. Y en este nuevo proceso de recuperación del buen gobierno, el papel de los ayuntamientos volverá a ser determinante desde un principio básico; la Comunidad Valenciana no se recuperará social ni económicamente si a los pueblos y ciudades no se les permite participar con plenos derechos en las decisiones que afectan a su gente, si no se les escucha. Y con este nuevo gobierno, estoy segura de que se cierra una etapa de sordera selectiva en lo ideológico, para abrir una nueva donde todos tengan las mismas oportunidades de prosperar y de contar con herramientas para atender sus necesidades.

Vamos a trabajar para consolidar un cambio que tiene que tener en cuenta los retos del presente, algunos de ellos heredados del pasado, y los retos del futuro, y que no paran de hacerse visibles día tras día. Y lo van a poder afrontar gobiernos con los pies en el suelo, que motiven a sus funcionarios y trabajadores públicos, que marquen un camino y destino claro y compartido, y que sean capaces de afrontar los problemas de manera proactiva y sujetos a los principios de justicia social. Y siempre de la mano de las personas.